Venís espacio enfriado
a hacer
un cuadro de mí: de este cuerpo
entumecido por alcohol y vacío.
Venís con tu estilo terso
a llevarme a pasear abrigado
en lentes oscuros;
el sol hinchado y frio,
todo demasiado blanco,
cegador:
algunas líneas negras, flacas,
me soplan que hay algo
además del fóbico blanco solar,
además de mí
: dos personas, una esquina,
una ligustrina, varios árboles,
un auto cada tanto
(o lo que queda de ellos).
-Pienso que un niño
les hubiera dado más trazos-
La felicidad es
no ver profundidad.
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