lunes, enero 07, 2013

Carta a un singular

18 de Mayo del 2004


Temprano, esta mañana, oí a mi última lágrima desplomarse.
Sobre las noticias; solitario entre miserias de viejas mesillas;
de discos gastados y fotos mohadas. Escribí y rayé sobre una:
Nadie quiere verse triste, siendo abanderado, sin revoluciones.”

Ahí fue [no estoy tan seguro] cuando pensé por primera vez en vos…

1 de Junio del 2003

[Acabo de volver, pasé la noche afuera, caminando con dos extraños.
Una chica y un pibe que como yo fueron atravesados por la causalidad
de eventos; Ahora, tempranamente enigmáticos para analizar intensamente.]

“Una lágrima no es algo menor, ni mucho menos transigente.”

 [La fecha aparece tachada]

Me despido de la razón por última vez, y de aquellos concentrados.
Me despido de la sed lacónica, de los estudiantes y del vaso servido por otros.
Me voy, anhelante por lo desconocido y lo cotidiano esotérico.
¡Por más significaciones singulares!
Avanzaré a la creciente inestabilidad e intentaré alcanzar la infancia
del arte más puro.
Al menos probaré rasguñarle a su cielo nublado de imaginación,
una evidencia digna de simbolizar.
Será el resto bajo mis uñas quien suplirá el valor de mis ojos.
¡Adiós!

Te saludo a vos y a la vez saludo al disímil.

¡Saludos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario