sábado, junio 30, 2012

Al clarear

voy bajando,

sed
y orilla glauca
y clamor de tímpanos;

voy bajando América
armada,

miserable, violenta,
disociada;

voy
bajando contenedor:

de conquistas y generalitos
de uniformes y banderas

de fronteras y naciones

de niños soldados
de encapuchados

de militarismo y dominación;

voy dejándote
con tus berretines

empuñando aliento a pólvora
y noche insomne;

porque en esta orilla
apenas tibia

se alumbran otras cosas
donde decir:

que soy un hombre
que da la espalada a este contenedor,

que se niega a beber un trago más
de él,

que no siento estima por ningún
mineral

y que aborrezco vestir otra piel
que no sea la mía,
que no cargo munición ni bandera
ni ganas de matar,

que me siento seguro sin representación
que solo quiero amar y ser amado

y trabajar con vista al sol;

y voy bajando
mientras clarea esta orilla

sin referencia cardinal

-¡el lenguaje respira!-

amanece

amanece un contenido,
un contenido mitológico

sobre esta tierra sin nombre
y sobre la tierra Americana,

porque ambas tierras son parte
del mismo hombre deprimente

de su arritmia espiritual,
la América que hiela el pecho
este bostezo escombro

echado en tierra anónima;

voy a narrarte todo
lo que vea acá

desde la orilla
hasta apedazar la noche Americana

y volar su sueño a lo más alto

a licuarlo.