lunes, junio 03, 2013

El ojo pícnico

Mejor es perderse
que perder el tiempo
en poemas.

Nada más liso que un mármol
para guardarme;

he viajado en ascensor
hacia atrás
a buscar un par de huesos
que den sabor
a este guiso;

sabes:
la memoria es la costilla
que perdió el gusto

por el pasado;
demasiadas veces
la partieron a bastonazos.

Y ni hablar del arte;
la espina que navega en
el alma por siempre

hasta enterrarse 
por detrás del ojo, 

a pinchar un sentido
esotérico;

la libertad la cargamos
dentro.

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