martes, abril 17, 2018

Fuego para las maquinas


me acerco a una ocupación más sutil
más ligera
los ventanales empañados en ceniza
convidaran por siempre el seco gusto de
las maquinarias

sin pestañar los despido, sabiendo
que no serán los últimos bosques humanos
ni mis últimas colillas por machucar

que esperan camuflarnos bajo instituciones
excavadas del trabajo pesado
la trama del tiempo nos tiende una mano
fácil
de candado abierto a mis ojos sin cierre
encendidos
                  a tanto anticipo por lo que vendrá

pocas cosas
                nos unen
sin ensamblarnos al paisaje

pocas cosas

la velocidad con la que creció esta cáscara
nos sigue pareciendo hermosa

maquinaría
                       veloz
      humana
un tren de carga a toda prisa

                                                      a estrellarse

                                  -algún día-

en otro amanecer automático

seguimos erguidos como lo hacen las
lápidas
al borde de los bosques de herrumbre y
hormigón

todavía se oye un canto en los fríos ecos
del salto fabril del último siglo

son días de ocio para nuestras fibras ópticas

detrás de las tardes
cuando descienda el brillo
nos concentraremos fantasmales
al pecho
todos esos pormenores hechos mitos
multitudes
de esta ideología holográfica

desde este abismo  
la conciencia espía al mundo
nos queda sujetarnos a la caída
para no desplomarnos en ciudades

¿qué le espera al ser vivo
  en paisajes de cemento?

al fuego que nos trajo hasta acá
es al que hay que atizar

antes que su encanto
pierda

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