-digo-
la historia
es un lánguido movimiento; detalles de múltiples
elementos
apuñados
entre los dedos de la mano de obra;
atrás viene el hambre, aniquilando cualquier
duda sobre una
improbable libertad;
-siendo injusto-
la historia es desplazarse hacia una nueva empresa,
hacer del animal disperso un músculo,
alimentando su ritmo con todos los
males posibles,
total esta el hambre empujando al trabajo;
-entonces-
démosle algo más al alma, que solo esperar la
intimidación histórica; algo,
además de un cuerpo agotado y hambriento;
además de un ciclo idéntico a todos los
elementos,
algo más que un regreso eterno al puño del
trabajo;
-probemos-
encontrar un intercambio en estos elementos,
nos eleve
quizás hacia otra orbita;
posiblemente aún limítrofe, pero con otro cambio
en el movimiento, otros días suceden,
otra historia enfrentamos;
-te veo-
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