domingo, agosto 26, 2018

Sin destino

fui educado en escuelas públicas,
y a tiempo aprendí,
a no dar nunca las gracias 
por este
ni por otros porcentajes;
tengo suficiente instrucción
dicen los censos,
y aun no sufro como todos,
la parálisis que impide
negarse a deslizar la fe en la urna;
después entendí
que era una vida útil para otros
pero inútil para mí,
así fue que al tiempo
trepé en la organización,
metí la nariz en todo;
al final de mis días
no me fue tan mal
y poco recuerdo
de mi casi útil juventud;
muero obeso
y en un soplo regreso
o despierto a mis treinta años
transformado
en crítico despiadado
o tan solo
en un hombre con dignidad.