La lengua espada reposa
en sonrisas vainas;
cuanto más reposa
la pornográfica instantánea
que itera
como el granizo la vista
contra el asfalto.
¡Cáete contra el piso para ver
los innumerables ojos
fríos
y sus rebotes sin luz
para aplausos saturados
en mi banda sonora
asqueada!
Cine de invierno
para tu sonrisa vaina.
Cuando la aguda punta
aguija la sien de
diez mil hombres
o más:
El orador es bueno
para tatuarse necesario
a
sus ojos
imposibles desobedientes
de la gravedad
o cualquier otra ley.
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