una que sacuda tus canas,
de cargar siglos famélicos
en el lomo celeste;
que arranque las fermentadas raíces
que atajan tus ánimos;
púrpura avecina en el horizonte
la que viene
a sacudir la alfombra,
a barajar multitudes pasivas,
a volarte las pesadas chapas;
o una posibilidad
para curar esa angina de tragar doble
la vida,
de levantar del escombro cuerpo
tu dignidad;
su nebulosa de heladas gotas
te hará olvidar
el caluroso sueño,
y abrirás vos
la boca en la historia;
remontaran
tu alma, barriletes salvajes,
hacia
distancias sin aislamientos,
arquitecturas amables,
horizontes libres;
se llevará la tormenta bramante,
polvaredas viciosas de anteriores siglos;
un océano fantasmal
desplomará
en las bestias,
de un sitio a otro irá;
después mariposa, al sol herida
será historia.
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