domingo, julio 15, 2012

La delgada luz


I_

en América existe un cuarto
cuyo interior es tan denso
y oscuro

que obliga al peregrino a andar
a gatas; los mas recios no han
dado ni seis pasos de pie

y a gatas, dicen que solo unos pocos
encontraron lo que buscaban

y poco se sabe de
cuantos salieron

II_

para llegar al cuarto, antes hay
que cruzar un extenso pasillo

oscuro como una noche
sin luna ni astros

-que poco tiene que ver con
la oscuridad del cuarto-

si se camina doce horas
y se reposa doce horas,

recorrer el pasillo toma
un mes,

y
se aconseja dormir con los pies
al frente del tramo por recorrer
para no perderse

III_

cuando pregunté ¿Por qué nadie
que ha entrado llevó un farol?

me comunicaron que de nada
serviría en la densa oscuridad
del cuarto

y sería un estorbo para encontrar

lo que buscan:

un delgado haz de luz, más fino
que un cabello o una fibra
de seda;

los peregrinos se arrastran
en la imposible umbra

llevando una copa de fino cristal,

los afortunados la utilizan para
refractar en ella la delgada luz

que trasmite el conocimiento

de la materia y la energía,
del espacio y del tiempo

-toda la información del universo
vertiendo en una copa-

IV_

cuentan que un filósofo entro
con su copa,
la sola idea de adquirir el

conocimiento del universo lo
ofuscaba; en efecto, conocer el todo

no es intención de un filósofo,
no así,
su certeza en la percepción;

salió al cumplir trece meses,
visiblemente enfermo y desnutrido,

sus ojos eran blancos y no tenían
reflejo;

a menudo -dicen- y dando tumbos
se lo pudo oír afirmando 

que no existe la delgada luz.





No hay comentarios:

Publicar un comentario