Me siento a escribirte;
-¿no
hay líneas de tinta intensas
que se afirmen a las curvas de tu cintura;
que no
vuelquen por tu espalda
baja?
Aquel paseo de ojeadas chinas
ondeaban la bandera más amable;
-¿Embriagada
de alcohol, señorita?
¡NO!
-Dice y sentencia-
Su sinceridad la maneja
como un destornillador;
me arrepiento de tirarme
del colectivo de besos
tuyos,
que no vuelcan y viajan
en todas tus curvas;
que bondi más lindo
para estacionar en el alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario